...CARTA DE PRESENTACIÓN...
Mi nombre es Noelia y afortunadamente soy MAESTRA de una de las etapas más bonitas y gratificantes de la educación, como es EDUCACIÓN INFANTIL.
Soy una maestra que está comenzando su viaje, me queda mucho por aprender, descubir y vivir en este campo tan grande de la educación.
¿Cómo me presento? Creo que a través de esta carta que envié al "Cuerpo de Maestros de mi comunidad CyL cuando aprobé en 2016 las oposiciones.
“Mi querido y admirado Cuerpo de Maestros:
Comienzo
esta carta en Logroño de 2013. Sé que acabo de empezar, no se si algún día
sabrás quien soy, o si alguna
vez consigo formar parte de ti. Seré una maestra más, un número más… pero aún
así, sigo levantándome cada día persiguiendo el más grande de mis sueños, y ese
sueño eres TÚ.
Sigo en Madrid y Sevilla de 2015. Sé que sólo
soy una más entre las miles de personas que quieren alcanzarte, pero quiero que
veas desde los ojos de una opositora lo duro que a veces se hace el pretender
lograrte. Te diré más, estoy enfadada contigo pero aún así te sigo queriendo
como el primer día. Me cuestas tomar decisiones que me hacen llorar, me cuestas
quebraderos de cabeza y discusiones con quienes quiero sólo por pretender
alcanzarte sin importarme nada más. No sabes lo que podemos llegar a hacer por
ti, ni te lo imaginas.
León de 2016. Por fin voy a conocerte, pero
todavía no soy consciente de ello. Todo ha sido muy rápido: primero la prueba escrita,
donde realicé dos exámenes, y esperas la nota sin alejarte del ordenador, una
nota tan importante que si no apruebas, no pasas a la siguiente fase. Luego la
prueba oral, donde defendí y aposté por la innovación, la equidad y la ilusión
en la educación infantil; y vuelves a depender del ordenador para saber la segunda
nota, esa nota que te dice si has o no aprobado la oposición. Y finalizas esto,
cuando de las 144 plazas destinadas a infantil, te ves la 105, eso es algo que
no puedo decírtelo, es algo mi querido cuerpo de maestros, que no se puede
explicarte con palabras.
Y ahora, que estoy en un aula de infantil,
con mis niños y niñas de 3 años, la gente me pregunta, pero ¿estás segura de
limpiar mocos, cogerte catarros, comederos de cabeza, luchar contra compañeros
que no salen de la zona de comodidad laboral y derribar muros educativos? Yo
les respondo que sí; aunque tenemos que animar y convencer a compañeros que
apuesten por una nueva educación. Ya que, si un coche o un teléfono móvil no es
el mismo que hace 20 años y ha evolucionado, porque la educación ¿no? Apuesto
por una educación donde se mezcle la libertad, la disciplina, el rigor, la
creatividad, la ilusión, que se transmitan valores, el respeto, la inclusión, el saber escuchar…
Alguien me dijo un día que lo que estaba haciendo es muy importante, ya que los
niños son los adultos del futuro, y yo le conteste que no, que son habitantes
del presente y hay que darles posibilidad de opinar.
Ser maestra es un privilegio que gracias a mi
esfuerzo, constancia, motivación e ilusión he conseguido, porque ¿en qué lugar,
sino es en un aula de infantil, me abrazaría una apuesta jovencita diciéndome
que me quiere? ¿Dónde eres tan importante que le has de limpiar los mocos a las
estrellas del festival de navidad? ¿En qué otra parte olvidaría mis penas,
porque tengo que atender a tantos arañazos, cocotones o corazones afligidos? ¿Quién
recibe más flores y dibujos que yo? ¿Dónde más, podría guiar, en la escritura
de las primeras letras, una manita que quizás algún día escriba un libro? ¿En
qué sitio recibes un regalo de sonrisas mañaneras? ¿En qué trabajo cuando
faltas 1 día te echan de menos? ¿En qué otro lugar derramaría lágrimas porque
hay que dar por terminado un año escolar?
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